La novela “Confianza” del escritor argentino Hernán Díaz

La novela “Confianza” del escritor argentino Hernán Díaz

Hernán Díaz, escritor argentino afincado en Nueva York, fue uno de los invitados al Festival de Literatura 2024 de Jaipur, celebrado el mes pasado. Habló sobre creatividad y escritura. Me impresionaron sus ideas brillantes, su intelecto profundo, sus pensamientos subversivos y su poderosa articulación. Después de escucharle leí su novela “Trust”. El libro ha superado mis expectativas.

Trust” no es una simple historia para el placer pasivo de la lectura. Es una novela compleja y poco convencional que provoca a los lectores a pensar, detectar, imaginar y cuestionar. Dentro del libro hay cuatro obras diferentes escritas por distintos autores de ficción en géneros y estilos dispares. Hay múltiples personajes en distintas épocas. El autor describe “Trust” como una novela polifónica. La primera sección es una novela escrita por un escritor ficticio, Harold Vanner, sobre el financiero neoyorquino Benjamin Rask y su esposa Helen, mecenas de las artes y la cultura. Aunque Harold Vanner es uno de los personajes centrales del libro, nunca aparece en él. Vanner abre el libro y desencadena todo lo que ocurre en él: varias personas del “mundo real” reaccionan al libro de Vanner, poniendo en marcha toda la trama.

La segunda parte son las memorias de Andrew Bevel, un magnate de Wall Street que quiere hacer creer que su afán de lucro siempre estuvo alineado con el bien social. Su esposa Mildred es una gran aficionada a la música y a la literatura. Viven juntos físicamente, pero separados mentalmente. Encuentran que la convivencia mejora por la gran distancia entre sus mentes de las cuales una está obsesionada con el dinero y la otra con las artes. A veces, Mildred se dedica a las acciones y da valiosos consejos a su marido, que los utiliza para ganar más dinero.

La tercera parte trata de Ida Partenza, una escritora que se convierte en secretaria del magnate y escribe su autobiografía. Su padre es anarquista e inmigrante italiano. Ida se ve atrapada entre los desvaríos anticapitalistas de su padre y el trabajo con el acaudalado financiero, que quiere que le ayude con su autobiografía dando una imagen positiva de su negocio y de las actividades culturales de su mujer, que se convierte en una enferma mental. Díaz afirma en una entrevista: “Disfruté especialmente escribiendo el personaje de Ida. Es como mi héroe: intrépida, eficaz, astuta y muy audaz. Hice de ella todo lo que a mí me gustaría ser. También es una escritora muy diferente a mí, así que tuve que aprender a escribir como ella”.

La cuarta parte es el diario personal de Mildred, la esposa del magnate, “que es también una especie de poema en prosa y una carta de amor al modernismo”, en palabras del autor. Midred escribe sobre música, arte, filosofía, su enfermedad, la bolsa y las laderas de las montañas suizas entre las que convalece en una clínica.

Los temas que conectan los cuatro libros son el dinero de Wall Street y el mundo del arte y la literatura. El autor ha yuxtapuesto los dos temas con declaraciones provocadoras que desafían los relatos y mitos estadounidenses convencionales sobre el dinero. Como contexto, ha elegido los años de auge de Wall Street en los años veinte y la crisis de 1929, seguida de los años de depresión.

Díaz dice que quería escribir sobre el laberinto del capital, cómo funciona y distorsiona la realidad a su alrededor en el sistema de valores estadounidense. Le fascina el “lugar trascendental y mítico del dinero en la cultura estadounidense”. Explora cómo la riqueza crea aislamiento para el adinerado al tiempo que le da un alcance extraordinario en el mundo del arte, la cultura y la política. Según Díaz “el dinero también es una ficción. Lo que ocurre es que todos hemos acordado las condiciones y hemos aceptado jugarlo como un juego. No hay nada que vincule el dinero a un valor real, salvo una narrativa. O la confianza que invertimos en esa narrativa”.

En otra entrevista, Díaz afirma: “Leer es siempre un acto de confianza. Siempre que leemos algo, desde una novela hasta la etiqueta de un frasco de receta, hay confianza de por medio. Esa confianza se basa en contratos tácitos cuyas cláusulas quería animar al lector a reconsiderar. Al leer Confianza y avanzar de una sección a la siguiente, queda claro que el libro te pide que cuestiones los supuestos con los que entras en un texto. Incluso diría que Confíe en pretende, en gran medida, cuestionar los límites entre historia y ficción”.

He aquí algunas viñetas de la novela:

-Le fascinaban las contorsiones del dinero, cómo podía doblarse sobre sí mismo para alimentar a la fuerza su propio cuerpo. La naturaleza aislada y autosuficiente de la especulación hablaba de su carácter y era una fuente de asombro y un fin en sí mismo, independientemente de sus ganancias. Consideraba el capital como un ser antisépticamente vivo. Se mueve, come, crece, se reproduce, enferma y puede morir. Pero está limpio. Esto le quedó claro con el tiempo. Cuanto mayor era la operación, más alejado estaba de sus detalles concretos. No tenía necesidad de tocar un solo billete ni de relacionarse con las cosas y las personas a las que afectaba su transacción. Todo lo que tenía que hacer era pensar, hablar y, tal vez, escribir. Y la criatura viviente se ponía en movimiento, dibujando hermosos patrones en su camino hacia reinos de creciente abstracción, a veces siguiendo apetitos propios que él nunca habría podido prever, y esto le proporcionaba cierto placer adicional, la criatura intentando ejercer su libre albedrío. La admiraba y la comprendía, incluso cuando le decepcionaba.

-La raíz de todo mal, la causa de toda guerra-dios y país.

La propia Historia no es más que una ficción, una ficción con un ejército.

-Toda vida se organiza en torno a un pequeño número de acontecimientos que nos impulsan o nos paralizan. Pasamos los años entre estos episodios beneficiándonos o sufriendo sus consecuencias hasta la llegada del siguiente momento contundente. La valía de un hombre se establece por el número de estas circunstancias definitorias que es capaz de crear para sí mismo. No tiene por qué tener siempre éxito, ya que puede haber un gran honor en la derrota. Pero debe ser el protagonista de las escenas decisivas de su existencia. Sea lo que sea lo que el pasado nos haya legado, depende de cada uno de nosotros cincelar nuestro presente a partir del bloque informe del futuro.

-Cada uno de nuestros actos se rige por las leyes de la economía. Cuando nos levantamos por la mañana cambiamos descanso por beneficio. Cuando nos acostamos por la noche renunciamos a horas potencialmente provechosas para renovar nuestras fuerzas. Y a lo largo del día realizamos innumerables transacciones. Cada vez que encontramos una forma de minimizar nuestro esfuerzo y aumentar nuestra ganancia estamos haciendo un trato comercial, aunque sea con nosotros mismos. Estas negociaciones están tan arraigadas en nuestra rutina que apenas son perceptibles. Pero lo cierto es que nuestra existencia gira en torno al beneficio.

Las perspectivas cerebrales, las tramas intrigantes y las herramientas literarias poco convencionales de Hernán Díaz me recuerdan a Jorge Borges, el famoso escritor argentino. Según Díaz, “Borges me ha formado no sólo como lector y escritor, sino también como persona. Su juego con los géneros, su alegre desprecio por las taxonomías de cualquier tipo y su obsesión por las narraciones enmarcadas son algunos de los aspectos de su obra que me han influido”. Díaz ha escrito el libro “Borges, entre la historia y la eternidad”.

Díaz cree que “la ficción tiene efectos palpables en la realidad. Muchas de las limitaciones de poder que sentimos en nuestra vida cotidiana se basan en la ficción. Piensa en algo tan inherente y poderoso para ti como tu nacionalidad. Eso es, a fin de cuentas, un conjunto de ficciones ideológicas. No hay nada en ello. Nada. Piénsalo un segundo. No hay nada que te haga estadounidense o belga o lo que sea, aparte de lo que atribuyes a esa identidad, y eso es una serie de narraciones”.

Díaz es un lector voraz. En las entrevistas cita a muchos escritores y señala partes de su novela que tienen estilos similares a algunos de ellos. Después de haber leído 29 libros de P. G. Wodehouse, afirma: “Me encanta Wodehouse. Siempre sorprendente en su repetitividad, nunca deja de deleitarnos, siempre nos pone a salvo en su mundo de brisa. Es paradójico que Wodehouse me reconforte tanto cuando también me hace sentir lo mezquina y cutre que es mi vida cada vez que salgo de una de sus novelas”.

Algunos autores escriben bien pero no impresionan en discursos y conversaciones. Diaz es espectacular e hipnotizante tanto escribiendo como hablando con sus pensamientos y reflexiones espontáneas. He leído algunas de sus entrevistas que son tan fascinantes e inspiradoras como su libro. Se deleita con conceptos abstractos y pensamientos subversivos. Llama wracto monstruoso porque implica una metamorfosis.

Díaz dice: “Escribo con una pluma estilográfica (recibida como regalo hace veinte años) en cuadernos de gran formato. Disfruto de la sensación de la tinta fluyendo y del rumor de la pluma sobre el papel. Con una pluma, creas tu propia geografía, con sus islotes de pensamientos y corrientes de asociaciones”.

‘Trust’ ha ganado el premio Pulitzer 2023 de ficción. Es la segunda novela de Díaz. Estoy impaciente por leer su primera novela “En la distancia”.

Hernán Díaz es un posible candidato al Premio Nobel.

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